Efecto "craiving": ¿Cómo se metaboliza el alcohol en el cuerpo?

2020-12-18

Llega esta época del año y no pensamos en otra cosa ¡Fin de año, vacaciones! Queremos salir, celebrar, festejar. Sobre todo después de un año tan atípico, con tanto tiempo en casa y lejos de la familia y amigos. Así cómo actuamos frente al COVID-19, este fin de año podemos prevenir siniestros durante los viajes y traslados.

La velocidad y alcohol son los principales factores de riesgo en el tránsito por eso es importante tomar dimesnión de los efectos que produce en el cuerpo y para eso es fundamental conocer cómo se metaboliza.

"Parte del alcohol se procesa en el estómago, por medio de una enzima (alcohol deshidrogenasa); las mujeres tienen menor proporción que los varones, por eso se dice que “les pega más fácil", pero es totalmente biológico", explica Axel Dell`olio, titular de la Asociación para la Disminución de Siniestros Viales (ADISIV).

"No impactará del mis modo beber un vaso de vino en un hombre de 70 kg. que en una mujer de 55kg.; en el primer caso el control de alcoholemia arrojará 0.40gr/lt mientras que a la mujer le dará 0.60gr/lt.", agrega.

700cm3 de cerveza (2 latas)

Hombre (70 kg ) = 0.55gr/lt 

Mujer (55kg) = 0.80gr/lt.

Según el especialistas en seguridad vial, lo único que nos quita la concentración del alcohol en sangre es el tiempo, las horas. A modo de ejemplo, en un varón de unos 75kg. que no haya acabado su copa de vino de 200cm3, va a ser de entre 2 y 4 horas.

Entre los factores que influyen en la rápida absorción del alcohol, encontramos:

  • La cantidad de comida ingerida

  • El tipo de comida

  • La concentración alcohólica de la bebida consumida

  • La tolerancia individual hacia el alcohol (edad, peso, hábito etc.)

"Por su condición de tóxico depresor del sistema nervioso, el alcohol produce “efecto sedante" y moderadamente anestésico, de vértigo, de somnolencia, confusión mental…la consecuencia es una sensación de bienestar, relajación, desinhibición y euforia", describe y advierte que "si bien es cierto que los energizantes pueden mitigan los efectos del alcohol, lo indiscutible es que el organismo no deja de estar bajo el efecto de la droga".

Por eso cuando circulamos ya se como conductores o peatones, debemos saber que el consumo de alcohol y otras sustancias alteran la percepción de la realidad: “el individuo piensa que está de una forma, pero en realidad -aunque actúe como si estuviera sobrio-, las reacciones son lentas y puede generar daños irreversibles en sí y en terceros”, señala Dell`olio.

Por eso recomienda mantener una coducta de responsabilidad, "más allá de que te toque o no un control, cuídate y se responsable a la hora de conducir, por vos, por los que te acompañan y por el resto de las personas que circulan alrededor".

Y agrega que "si sos mamá o papá, si viajas con niños, no te relajes porque vas `hasta acá no más´ porque la mayor cantidad de siniestros suceden en la zona de confort, cuando creemos que dominamos la situacion, que conocemos el movimiento, etc.".

Cuestión de género

Según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde una edad temprana, los varones tienen más probabilidades que las mujeres de verse involucrados en siniestros de tránsito. Unas tres cuartas partes (73%) de todas las defunciones por incidentes de tránsito afectan a hombres menores de 25 años, que tienen tres veces más probabilidades de morir en un accidente de tránsito que las mujeres jóvenes.

Entre las consecuencias de la conducción bajo los efectos del alcohol -u otras sustancias psicoactivas- la OMS destaca:

  • Conducir bajo los efectos del alcohol o de cualquier sustancia psicoactiva o droga aumenta el riesgo de un siniestro con desenlace fatal o lesiones graves.

  • En casos de conducción bajo los efectos del alcohol, el riesgo de siniestro de tránsito comienza incluso con bajos niveles de concentración de alcohol en sangre (BAC) y aumenta considerablemente cuando el BAC del conductor es ≥ 0,04 g/dl.

  • En casos de conducción bajo los efectos de drogas, el riesgo de siniestro de tránsito aumenta en diversos grados en función de la sustancia psicoactiva. Por ejemplo, el riesgo de siniestro mortal de un consumidor de anfetaminas es unas cinco veces mayor que el de uno que no consume drogas.

El alcohol es una droga, socialmente aceptada y con gran difusión, pero droga al fin: es un tóxico depresor del Sistema Nervioso Central. Por un lado nos brinda un efecto engaño: la sensación de que `cuanto más tomo, manejo mejor´ y, por otro lado, tiene el efecto de generar su propia sed `craiving´ (deseo)”, explica Axel Dell` olio, titular de ADISIV.

Lejos de ese efecto, la realidad es que el alcohol embota nuestros sentidos, altera la percepción de la realidad, disminuye nuestra atención respecto de lo que ocurre en el tránsito y nos torna más torpes y lentos (prolongando el tiempo de reacción).

“Por su condición de tóxico depresor del sistema nervioso –agrega Dell`olio-, el alcohol produce efecto sedante y moderadamente anestésico, de vértigo, de somnolencia, confusión mental y la consecuencia es una sensación de bienestar, relajación, desinhibición y euforia. Y si bien es cierto que los energizantes pueden mitigan los efectos del alcohol, lo indiscutible es que el organismo no deja de estar bajo el efecto de la droga”.